La programación infantil también puede ser mala

De El Gran Vázquez, película sobre el dibujante Manuel Vázquez que no tuvo la repercusión inesperada, podemos extraer una gran verdad. Tras enterarse de que Bruguera estaba usando «negros» para hacer series como Anacleto mientras estaba en la cárcel, el personaje respondió lo siguiente:

– ¿Tú crees que los niños notan la diferencia?
– Pues claro. Son niños. No son idiotas.

Esta frase es extrapolable a cualquier producto de animación, y a cualquier cadena de televisión. Por contra de lo que alguno pueda creer, un niño es el espectador más inteligente. Nota cuando algo está mal, y no se corta al criticarlo. No es una quinceañera fan de Justin Bieber, ni una maruja que se traga Sálvame con avidez. Y aunque luego podamos recordar algunas series como «clásicos», cualquiera notaba que en Basket Fever siempre jugaban los mismos equipos en los mismos campos, o que Bola de Dragón Z molaba pero no paraban de repetir fotogramas y peleas. O que en esta serie nos querían vender la moto, al más puro estilo «Los Chocobots» y sus «entretenidos productos de Mattel«. La calidad del producto y el mercadeo puro y duro, dos problemas que han existido siempre y de los que hay que hablar.

Como ejemplo del primer caso vamos a ver Clan, el canal de la televisión pública especializado en programas infantiles, y que arrasa en las audiencias gracias a programas como Bob Esponja, Dora la Exploradora, Pocoyó, Código Lyoko… a diferencia de otros canales infantiles, se enfoca más en esos niños que no superan los dos dígitos en su edad. Algo muy inteligente cuando las tardes están copadas por Sálvames, porque los padres lo tendrán como primera opción para cuando sus hijos quieran ver la tele.

Sin embargo Clan, como cualquier canal público, está sujeto a esa cosa llamada «programación de cuota», uno de los dos principales factores que criticamos aquí. La televisión en abierto está obligada a tener una cuota de su programación dedicada a espacios españoles o de la UE. Y como la mujer del César no solo debe ser casta sino parecerlo, TVE se convierte en ese contenedor donde también caen algunas series que en Boing o Disney Channel serían un suicidio. En muchos casos, producciones de mierda que no se corresponden con la buena animación que se ha hecho -y se hace- en España. Como soy un tio suicida y hago caso a lo que me proponen vía Twitter (más si el tio que me lo dice es experto en diseño gráfico y animación), he seguido una serie que me dijeron que era horrorosa. Y esa persona acertó.

Cuando terminé de verla, pensé que la emitieron para cumplir con lo establecido por la ley, más que por una confianza real en el producto. Su logotipo de Radiotelevisió Valenciana lo deja bastante claro. Hablamos de Sally McKay. ¿O en realidad se llama Jenny Justice? No lo se, porque tienen dos logotipos para ella. Va de una chica (periodista, como Clark Kent o Peter Parker) que tiene una doble vida y puede transformarse en superhéroe, pero todo es bastante confuso. La intro tampoco despeja dudas, porque se dedican a mostrar muchos personajes que no sabemos que función van a desempeñar, y tiene una canción bastante irritante, que no para de repetir dos nombres: Sally y Jenny. ¿Cómo decías que se llamaba?

Aunque el diseño de los personajes y la idea de hacerlo como un cómic es buena, la estructura de los episodios no acompaña. Tan confuso es todo, que necesitan de una segunda intro para explicar el argumento de la serie. ¡Y eso que son capítulos autoconclusivos! Si todo está bien definido no te hace falta decir nada. Pero aquí se olvidaron de hilvanar un guión. Cosas ilógicas como una tia que protege su identidad, pero luego se transforma en calle abierta y ante la mirada de todos. Se mezclan ideas mal desarrolladas, coletillas muy irritantes (por ejemplo, un policía que antes de abrir la boca dice un plato de comida italiana. ¿A quién se le ocurrió?) y una falta de ritmo tremenda. Hasta cortan algunas escenas para meter «avances informativos» o «publicidad».

Y quien dice esta puede decir otras tantas producciones. ¿Alguien se acuerda de Esquimales en el Caribe? Era incluso peor, de los primeros intentos por producir animación por ordenador, pero resultados bastante inquietantes. ¿Y de las series de D’Ocon? Que ya era rizar el rizo, porque aplicó las técnicas de ahorro en animación para producir series como churros y vendérselas al mejor postor. La mayoría de las veces, TVE (para la que incluso produjo el programa infantil TPH Club, con personajes a cada cual más odioso).

El tipo que vendió este pack de videos sacó solo seis euros. No hace falta decir nada más.

Sin embargo, pueden estar tranquilos porque no es lo peor que se ha hecho. De hecho, más denunciable son aquellas series hechas exclusivamente para vender un producto (si, «La hora Chocobots») y que son bastante cutres. Que son el pan de cada día en Boing y Disney Channel. Aunque estos si tienen mayor libertad para comprar series (y algunas como la francesa Wakfu están bastante bien hechas), también están sujetos a otra limitación. Si en el caso de Clan es la «cuota europea», en Boing es «la tiranía del anunciante». O «como a los niños les gusta X, voy a emitir esta serie».

No nos engañemos. La gran mayoría de las series están hechas para vender productos, y algunas son bastante potables. Digimon tuvo tres buenas temporadas, y era un producto de Bandai que se lanzó para promocionar un nuevo Tamagotchi. Inazuma Eleven sacó manga y anime (además enfocado a públicos distintos) para promocionar el juego de Nintendo DS. Se puede hacer un buen trabajo. Pero para eso necesitas gente con talento, cosa que muchas veces no ocurre.

Este es el caso de unas cuantas series de Boing. Que tienen tan poca chicha, que es descarada su programación. Por nombrar algunas tenemos Beyblade Metal Fusion, que directamente era dar una vuelta de tuerca a una serie ya de por si limitada para vender… peonzas. Si, unas putas peonzas. Como la historia de la serie ya estaba más o menos amortizada, se limitaron a poner personalidades absolutamente planas. O Jewelpet, que directamente era una línea de muñecos de Sanrio (si, esos señores tan majos de Hello Kitty) que había que comercializar con un anime al uso. En España, sus productos los distribuyen Bandai y Giochi Preziosi respectivamente.

¡Niño del siglo XXI, con un Beyblade no puedes hacer esto!

Ya ni hablamos de los subproductos de la factoría Disney, que juegan en otra liga publicitaria. Con semejante panorama, y al ser dos canales los que se reparten toda la publicidad juguetera, la contratación de series europeas o no tan enfocadas al mercadeo puro y duro, es bastante complicada. Lo malo es que no es algo exclusivo de los canales privados. En Clan, también se da este caso con Gormiti; poco más hay que decir, salvo que es de la compañía que más pasta se deja en publicidad en España. Y eso que Clan no emite anuncios, al igual que el resto de teles de TVE.

Con esto, quiero decir una cosa: tenemos un panorama cojonudo en la programación infantil. Hay series muy buenas, que me habría encantado poder ver de crio. Y especialmente el trabajo que hace Clan con la programación infantil es elogiable, al comprar series que otros ni emitirían. Pero hay también cosas mejorables, y si sale alguna serie cutrecilla como Vipo el perro volador, no hay que callárselo.

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8 respuestas a La programación infantil también puede ser mala

  1. Red bat dijo:

    Joé, van dos personas en una semana que me dicen que entiendo de diseño. Al final me lo voy a creer. Y de animación entiendo lo justo, no crea. Lo básico para saber por donde van los tiros con los programas actuales y detectar como hacen las cosas y sus cagadas. Pero lo de Sally Mckay es tan bestia que es algo que ve cualquiera. Se torna horror cuando puedes analizar esos trucos de cartón, es la única diferencia.
    Y no se crea. Rara es la serie que no se hace para mover pasta. Curiosamente en Clan encontramos las series que más facturan en mercha, pero con diferencia. Sólo hay que coger los catálogos de juguetes de las navidades pasadas. Todo plagado de Bob Esponja, Dora la exploradora, Gormity, Lazy Town, Código Lyoko y demás. Todas de Clan menos Ben 10. La gaita de los Bakugan o las peonzas míticas sólo venden lo suyo, el resto venden cualquier cosa con la cara de los personajes. Esos son de segunda división. Por ser tan evidentes y porque sólo venden peonzas o monstruitos de plástico.
    Para que te hagas una idea de cómo va el asunto. Una vez estuve en una charla con uno de los creadores de Pocoyó. La charla no era sobre la serie (muchos fuimos ahí pensando en eso) sino de cómo Pocoyó se convirtió en una bestia del marketing desde un pequeño estudio.( Eso si, los tios pusieron los webos en la mesa y arriesgaron muchísimo, olé sus narices.) Todo en la serie estaba pensado de cara a los objetos promocionales. Juguetes, DVDs y todo lo que puedas imaginar. Sirva como ejemplo el diseño de Eli, la elefanta. En unos primeros bocetos del personaje, Eli tenía colmillos. Por consejo de la juguetera se eliminaron pues podían suponer un peligro para los niños, no se fuesen a sacar un ojo. Todo estaba planeado incluso de antes de hacer la serie. Ya estaban en acuerdos con Mattel o quien fuese. Pasa lo mismo con todo. Con las canciones de Phineas y Ferb, los marcianos de Ben 10, o los Baticaos de Bob Esponja.
    Clan no tendrá publi pero tiene las series más bestias para el mercha, además de centrarse sobre una franja de edad a la que se vende muchísimo, los niños en edades a las que no se les suelen negar caprichos. Cualquier serie que entre en Clan en prime time se puede frotar las manos. Al margen de eso, tenemos series que da gusto ver como Pocoyó o Ben 10, bien hechas, o bodrios del tamaño de los Bakugan.
    Y no crea que los niños son demasiado listos. Aunque tampoco se tragan cualquier mierda, pero son como esponjas, que prácticamente chupan todo. Los de nuestra quinta ya nos tragamos toda la roña de D´ocon y no fué hasta ser mayorcitos cuando soltamos un «Joder». Colorines y movimiento, si lo hacen con un mínimo de calidad funciona para enganchar a los crios. En realidad si te pones vendes cualquier mierda, incluso action figures de Sally Mckay. Como decían antes. «Joder que feos son los Teletubbies» Si, pero que se lo pregunten a la BBC cómo de feos les parecen.
    Por eso se me hace inexplicable la postura de TVE respecto a sus cosas propias. Como emitir cosas como Mckay casi por compromiso. Y luego tenemos a los Lunnis, que todos los crios no cagaban con ellos, y de repente se paraliza el invento. La revista pasa a ser la revista Clan a secas, con la esponja y la exploradora chupando portada de continuo, y pierde fuelle todo el mercha que estaban vendiendo. Y ahora con los Clanners tienen entre manos todo un Pocoyó en potencia (buenos diseños de personaje, animación que llama la atención y miles de muñecos) y lo usan para hacer cortinillas. Que me expliquen porqué no aprovechan para sacar pasta para RTVE. (Que puestos a elegir, prefiero que se queden los de aquí cuantas más perras mejor.) Igual me pongo conspiranoico, pero aquí pueden caber desde presiones por parte de las series que venden, hasta que TVE es un pozo que no tiene pasta para más. O que se la suda completamente y hace cuatro milongas por la cuota obligatoria y que mejor se ocupen los de fuera.
    Tochaco nen.

    • donhurtado dijo:

      Con eso RTVE me consta que saca pasta. Lo de los Clanners es un «y además tenemos los derechos», que si le sale bien se forran.

      De todos modos hay dos tipos de series: las que haces y te pueden dar consejos para el mercado juguetero (Dora, Bob Esponja, Pocoyó, hasta Código Lyoko). Luego están las que son merchandise hecho serie, pero bien trabajado (Digimon Tamers es un ejemplo cojonudo, Inazuma Eleven depende del capítulo). Y luego está lo cutre y mal hecho, que hay a patadas.

      Por último está la animación de relleno (aka CUOTA) o las coproducciones, en las que pondrán el menor dinero posible porque piensan que el niño se lo tragará igual. Así D’Ocon se cargó la animación española, que durante los 80 fuimos un país cojonudo y ahora… bueno, se hace lo que se puede. Tengo que dedicarle un post a D’Ocon.

      • Red bat dijo:

        Hace poco un colega webcomiquero habló algo sobre las chapuzas emitidas en los 90. Una parte para BRB y otra para D´Ocon.(No le importa que le deje un link ¿no? http://crisiscreativa.wordpress.com/2011/07/29/los-dibujitos-de-los-noventa-animando-lo-inanimable-parte-2/ ) Y creo que las cosas de estos últimos tampoco se entienden demasiado si no es el hacer por hacer series. Porque vamos. A cualquier canal que le vayas con un nivel semajante te lo tira a la cara. Han pasado años hasta Sally McKay, supongo que esta política sigue existiendo. Sólo espero que no se reproduzca. D´Ocon en el momento no dolió, pero recordándolo te vienen latigazos.
        Y al final es eso. La calidad en conjunto de las series y el tiempo pone las cosas en su sitio.
        Y con los Clanners les puede tocar la lotería, tienen papeletas, pero no veo que les den mucha cancha.

  2. Gammak dijo:

    Yo también me he hecho alguna vez la reflexión de Red Bat sobre Los Lunnis, un producto que iba como un cañón, que lo tenían todo de cara para ser la continuidad de Clan (y que hasta un año Lucho repartió los puntos de España en Eurovisión) y de repente TVE los deja en segundo plano y el tirón se esfuma.

    En cuanto a los dibujos diseñados para vender más de una vez he oído/leído la leyenda de que Mattel casi regalaba la serie de los Masters del universo a las televisiones, porque era un mejor escaparate para sus productos que los anuncios.
    Y si soy sincero envidio a los niños de hoy en día, nosotros también veíamos series vende-producto, pero no se distribuía tanto merchandaising en los 80. ¡Nunca fuí capaz de encontrar un puto Megatron de los Transformers en España! Los más afortunados los pillaban en Andorra.

  3. donhurtado dijo:

    Un post muy bueno el que me dejas, Red Bat. Le voy a echar un vistazo.

  4. Roberto dijo:

    La nula explotación de Los Lunnis por parte de TVE se debe a una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña reconociendo a dos redactores de Televisión Española como únicos creadores de Los Lunnis y propietarios de los derechos de explotación del programa infantil a partir de junio de 2008.

  5. barcomedor dijo:

    Hola,

    La idea de que el policia diga un plato de comida antes de hablar se me ocurrió a mi. No sé cual es tu experiencia en la ficción infantil, pero te puedo asegurar que una de las cosas que mejor funcionan (y más gustan a los pequeños) son las coletillas. Eso o que el pequeño espectador pueda intuir lo que va a pasar antes de que se produzca. Esa es la razón del éxito, por ejemplo, de «Dora, la exploradora» o el motivo por el que los Teletubbies repiten una y otra vez lo mismo. Si tienes hijos o sobrinos, veras que no les importa ver una y otra vez la misma peli. Ellos disfrutan con el desarollo y no tanto con la resolución. Disfrutan sabiendo lo que va a ocurrir.

    Dicho lo cual también te diré que de los guiones escritos al resultado final hay una diferencia abismal. Yo mismo he visto algún capítulo escrito por mi y te puedo asegurar que ha sido tal la mutilación que ni yo que sabía de qué iba la trama lo he entendido.

    saludos.

    • donhurtado dijo:

      Es cierto que se repiten coletillas tipo «Swiper no robes», «Malditos roedores» o «Nu pogodi», pero también es difícil hacer un guion y que quede bien. Esa en concreto me pareció irritante, y yo lo siento mucho pero no terminó de cuadrarme.

      Estoy completamente de acuerdo contigo en lo de los guiones. Un saludo y gracias por comentar.

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