Al 15M no lo representan ni en la tele

El 15-M. Ese movimiento que sirvió para que mucha gente tomara conciencia de la crisis económica y sus consecuencias, y que terminó derivando en cualquier cosa que uno se quiera imaginar. Y que continúa activo, como nos recuerdan en el programa Carne Cruda de Radio 3. Pero este no es un blog sesudo de política y por eso me pregunto: ¿ha influido en la televisión española? Desde luego. ¿Se ha dejado ver en algo más que los debates intereconómicos? Ciertamente, si. ¿Y les ha quedado súper frívolo? Por supuesto.

En los últimos días hemos visto unas cuantas cosas que, por mucho que las quieran negar, están influidas por el 15-M. Pero ojo, hay que matizar. Esa gente ha pasado del fondo y toma como referencia el envoltorio (¡asambleas! ¡consignas! ¡gente gritando!) para desarrollar ideas que abundan en lo mismo de siempre.

En la publicidad…

El nuevo anuncio de Movistar es el caso más claro. Para combatir la mensajería gratuita de WhatsApp han sacado tarifas gratuitas de SMS. Y qué mejor idea que plasmarlo en una asamblea, pensaron los publicistas. A diferencia de una asamblea de barrio con sus colgaos de turno, el público del spot es más heterogéneo (la inmigrante, el viejecito, el chaval urbanita del iPod… falta el antisistema, qué casualidad) y los temas debatidos son una sucesión de chistes malos, dignos de una telecomedia.

Evidentemente, los del 15-M se han molestado. Y ahí discrepo. Más que en cosas como «descontextualizar las asambleas» o «reirse del movimiento», como si ahora fuesen un Dios del que no se puede reir ni idem (¿recuerdan las biodanzas?), yo me quejaría de que el anuncio es malo y punto. Y es malo porque da la sensación de faltar al respeto a la inteligencia del cliente. ¿Alguien ha dejado de usar WhatsApp porque le regalen los SMS?

…y en la programación

El otro programa que refleja la influencia del 15M es un estreno de Cuatro. Se trata de El Comecocos, presentado por Mercedes Milá Ruth Jiménez y protagonizado por Mercedes Milá unos chavales que quieren ganar dinero gracias a su valía como oradores. De soslayo aparece Albert Rivera, ese que se despelotó para sacar el escaño en el Parlament de Cataluña. Tiene cosas buenas: el decorado es muy chulo, se vota con tarjetón como en una asamblea, el público rodea a los oradores e incluso hay greñudos que tocan tambores. Con un toque marcial que asusta. Parece un programa interesante que va a remolque de la actualidad, pero lo cierto es que está sacando unas audiencias ridículas.

El mayor fallo de El Comecocos está en el contenido. Puede ser un programa más profundo, donde se debata de temas realmente interesantes. Pero eso es mucho pedir. En su lugar, los oradores tienen que defender a personajes de la farándula, famosos de medio pelo.Y francamente, para ver a alguien hablar sobre Terelu Campos pongo Salvamé que es bastante más divertido. Muchas pruebas ni siquiera tienen que ver con la oratoria.

Pancartas de colores. Mucho mejor que el aplauso de sordos.

El otro defecto está en el propio formato. Para ganar 1.000 euros, los oradores tienen que saber conectar con el público del plató, que decide en última instancia en una final a dos. Por eso se va siempre al aplauso fácil. Si a un concursante le toca defender una postura lógica pero difícil de aceptar, tiene todas las de perder. Algo parecido a una asamblea del 15-M, por otra parte, donde quien pedía «refundar el movimiento» para expandirlo a los barrios quedaba eclipsada por otro que pedía seguir porque «en Grecia han desalojado a los manifestantes». Y punto. Y coma.

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2 respuestas a Al 15M no lo representan ni en la tele

  1. Con todo el respeto hacia el Movimiento 15-M, creo que el anuncio no hace referencia directa a ellos. Ni que hubiesen inventado las asambleas, vamos. ¿No pasan tanto del sistema? ¿Qué hacen viendo los anuncios de la tele? Me parece una incongruencia.

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